escucharlo sin mirar, cerremos los ojos y percibíamos ....
No tiene la misma fuerza estremecedora , algo le falta ....
Algo del autor
La
mayoría de vosotros seguramente habréis escuchado esta obra con
anterioridad. Muchos no conoceríais su autor, otros (entre los que he
dejado de incluirme hace apenas un par de horas, gracias a San Google),
se la atribuiríais erróneamente a Tomaso Albinoni, compositor barroco. Pero en realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italino Remo Giazotto.
Giazotto es especialmente conocido por su clasificación y catalogación
de las obras de Albinoni. Cuando la Bilioteca Nacional de Dresde fue
destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la obra de
Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber encontrado
un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el que
se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo,
investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás
existió y que la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto.
¡Curiosamente, este autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó
la propiedad intelectual de su obra! Quizás Giazotto era consciente de
que una obra así no tenía cabida en el repertorio “culto” contemporáneo
y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el
resultado de su estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta
que Albinoni es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.
Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar
parte de la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas,
anuncios, programas y actuaciones de todo tipo. Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se inspiró en él para componer su Icarus Dream Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras supuestamente más “contemporáneas”, que sin embargo, tan poco nos conmueven y tan poco nos representan.
Tomaso
Albinoni, no es compositor barroco en
realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italiano Remo
Giazotto. Giazotto es especialmente conocido por su
clasificación y catalogación de las obras de Albinoni. Cuando la Biblioteca
Nacional de Dresde fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte
de la obra de Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber
encontrado un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el
que se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo,
investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás existió y que
la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto. ¡Curiosamente, este
autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó la propiedad intelectual de
su obra! Quizás Giazotto era consciente de que una obra así no tenía cabida en el
repertorio “culto” contemporáneo
y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el resultado de su
estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta que Albinoni
es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.
Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar parte de
la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas, anuncios y programas.
Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones
instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos
musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of
Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se
inspiró en él para componer su Icarus Dream
Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto
incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de
nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras
supuestamente más “contemporáneas”. Lastima.
La
mayoría de vosotros seguramente habréis escuchado esta obra con
anterioridad. Muchos no conoceríais su autor, otros (entre los que he
dejado de incluirme hace apenas un par de horas, gracias a San Google),
se la atribuiríais erróneamente a Tomaso Albinoni, compositor barroco. Pero en realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italino Remo Giazotto.
Giazotto es especialmente conocido por su clasificación y catalogación
de las obras de Albinoni. Cuando la Bilioteca Nacional de Dresde fue
destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la obra de
Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber encontrado
un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el que
se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo,
investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás
existió y que la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto.
¡Curiosamente, este autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó
la propiedad intelectual de su obra! Quizás Giazotto era consciente de
que una obra así no tenía cabida en el repertorio “culto” contemporáneo
y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el
resultado de su estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta
que Albinoni es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.
Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar
parte de la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas,
anuncios, programas y actuaciones de todo tipo. Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se inspiró en él para componer su Icarus Dream Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras supuestamente más “contemporáneas”, que sin embargo, tan poco nos conmueven y tan poco nos representan.
La mayoría de vosotros seguramente habréis escuchado esta obra con
anterioridad. Muchos no conoceríais su autor, otros (entre los que he
dejado de incluirme hace apenas un par de horas, gracias a San Google),
se la atribuiríais erróneamente a Tomaso Albinoni, compositor barroco. Pero en realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italino Remo Giazotto.
Giazotto es especialmente conocido por su clasificación y catalogación
de las obras de Albinoni. Cuando la Bilioteca Nacional de Dresde fue
destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la obra de
Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber encontrado
un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el que
se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo,
investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás
existió y que la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto.
¡Curiosamente, este autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó
la propiedad intelectual de su obra! Quizás Giazotto era consciente de
que una obra así no tenía cabida en el repertorio “culto” contemporáneo
y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el
resultado de su estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta
que Albinoni es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.
Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar
parte de la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas,
anuncios, programas y actuaciones de todo tipo. Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se inspiró en él para componer su Icarus Dream Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras supuestamente más “contemporáneas”, que sin embargo, tan poco nos conmueven y tan poco nos representan.
La mayoría de vosotros seguramente habréis escuchado esta obra con
anterioridad. Muchos no conoceríais su autor, otros (entre los que he
dejado de incluirme hace apenas un par de horas, gracias a San Google),
se la atribuiríais erróneamente a Tomaso Albinoni, compositor barroco. Pero en realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italino Remo Giazotto.
Giazotto es especialmente conocido por su clasificación y catalogación
de las obras de Albinoni. Cuando la Bilioteca Nacional de Dresde fue
destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la obra de
Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber encontrado
un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el que
se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo,
investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás
existió y que la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto.
¡Curiosamente, este autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó
la propiedad intelectual de su obra! Quizás Giazotto era consciente de
que una obra así no tenía cabida en el repertorio “culto” contemporáneo
y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el
resultado de su estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta
que Albinoni es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.
Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar
parte de la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas,
anuncios, programas y actuaciones de todo tipo. Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se inspiró en él para componer su Icarus Dream Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras supuestamente más “contemporáneas”, que sin embargo, tan poco nos conmueven y tan poco nos representan.
Algo del autor:
ResponderEliminarhttp://www.enchufa2.es/archives/adagio-de-albinoni-de-remo-giazotto.html