DE LA TIERRA
AL INFIERNO
Y POR FIN
GANANDO EL CIELO
PAZ DE LAS ALMAS
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Como
ocurre en muchas otras partes del mundo, en esta metrópoli también existe un
monumento en recuerdo a los judíos asesinados durante el Nazismo. En este caso,
los impulsores fueron varios supervivientes del Holocausto, que, en 1984,
decidieron formar un comité con la idea de construir algo con lo que rendir
homenaje a los millones de judíos exterminados. El monumento en cuestión, que
quedó abierto al público en 1990, es bastante grande y consta de varias partes.
Una vez que superes el jardín de meditación, la cúpula y un inquietante
pasadizo con rendijas por las que se cuela la luz natural, llegarás a la parte
principal y más impactante. Allí verás que, en una especie de plaza al aire
libre, se levanta una gigantesca escultura de bronce compuesta por decenas de
figuras humanas con expresión de dolor y sufrimiento que parecen agarrarse o
trepar por un brazo tapado por ellos, del que sólo se ve asomar una enorme mano
arriba del todo.
El realismo de la escultura es máximo, te pincha una vez el alma.